«Pienso que el país entero debería trabajar en la línea de la Fundación Impulsa»

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Imma Riba es Embajadora de la Fundación Impulsa en el Bages y consejera delegada de la constructora Viscola, una empresa familiar con sesenta años de trayectoria, de los cuales Riba lleva treinta y seis trabajando. Graduada en Relaciones Laborales por la Universidad de Barcelona, explica que su paso previo por estudios de formación profesional (FP) fue la mejor decisión de su vida. 

  •  ¿Por qué ves en la FP que cursaste una decisión tan acertada?

El hecho de estudiar FP en Administración me permitió trabajar tres años en una gestoría y esto me hizo crecer profesional y personalmente. Siempre he pensado que estoy donde estoy gracias a esos tres años, porque confiaron en mí dándome mucha responsabilidad. Aunque esto al principio me asustó, me hizo espabilar. 

“Estoy donde estoy […] porque confiaron en mí dándome mucha responsabilidad. Aunque esto al principio me asustó, me hizo espabilar”

  • A pesar de tener trabajo y formación, quisiste continuar estudiando. 

Sí, cuando terminé la FP fui a Barcelona a estudiar Relaciones Laborales. Como en la empresa familiar había trabajo, durante la semana también debía ayudarles y los fines de semana me los pasaba estudiando para compaginarlo con el trabajo. En los dos últimos años de universidad, tuve la suerte de que una compañera me pasaba apuntes y me grababa las clases, y así no debía bajar todos los días a Barcelona. Tuve que esforzarme para poder compaginarlo todo, pero no lo viví con estrés sino como una superación personal. 

  • De la carrera a la empresa familiar. ¿Cómo lo viviste? 

Yo no tenía que tomar el relevo en la empresa familiar, pero mi hermano murió repentinamente en un accidente y decidí quedarme junto a mi padre. Hicimos un buen equipo durante años; él era una persona decidida, valiente, trabajador y muy extrovertido, lo que compensaba mi visión más prudente e introvertida. Poco a poco me fue cediendo el relevo: al principio estaba asustada porque no quería defraudarle, pero con el tiempo me di cuenta de que podía salir adelante. A veces las circunstancias te llevan a tomar decisiones y en ese caso fue así. 

  • Un reto personal y profesional, una mujer empresaria en el mundo de la construcción. ¿Ha sido difícil? 

Debo decir que siempre me he sentido respetada, pero sí que es verdad que, sobre todo en el entorno más directo, me daba cuenta de que no tenía la misma autoridad que mi padre. Por suerte, con el tiempo esto ha ido cambiando y creo que los medios de comunicación también han jugado un papel importante. Aunque es un mundo de hombres (en la empresa hasta hace cinco años éramos solo dos mujeres), me siento bien dirigiendo. Pienso que, si en los puestos de decisión hubiera más mujeres, su visión enriquecería las tomas de decisiones. 

«Pienso que si en los puestos de decisión hubiera más mujeres, su visión enriquecería las tomas de decisiones»

  • ¿Qué piensas del techo de cristal de las mujeres? 

En mi caso, creo que lo he tenido más fácil, porque ha sido una sucesión directa en la empresa familiar. Es esencial tener políticas de género realistas; a nadie le gusta conseguir las cosas solo por el mero hecho de ser mujer. 

  • ¿En qué momento se encuentra el sector de la construcción?

Como todo, hoy en día se encuentra en un momento delicado por la subida de precios que está afectando a todos los sectores productivos. Necesitamos a las personas jóvenes para ver cómo le damos la vuelta al negocio, aportar valor diferencial y encontrar nuevas fórmulas. 

  • ¿Crees que las personas jóvenes tienen estas fórmulas? 

Lo que veo es que no están tan encorsetadas en lo que hemos hecho hasta ahora. Se ilusionan viendo en la novedad oportunidades donde nosotros como empresa vemos problemas que nos suponen salir de donde nos sentimos más seguros. Esta visión es muy enriquecedora. 

“[Los jóvenes] se ilusionan viendo en la novedad oportunidades donde nosotros como empresa vemos problemas que nos supone salir de la zona de confort. Esta visión es muy enriquecedora”

  • ¿Qué busca y valora Viscola en los trabajadores y trabajadoras?

Por encima de todo, el compromiso. Cuando alguien entra en una organización y se compromete, significa que hará equipo, trabajará por los objetivos que le marquen e incluso intentará mejorarlos. Y esto va ligado a la fidelidad. También valoramos la formación. Por suerte, la juventud tiene mucha y podemos estar contentos del nivel de formación del país. 

  • Confías mucho en las personas jóvenes. 

Sí, son el futuro. Por lo general, tienen bastante formación. Lo que les falta es experiencia, porque el título universitario, desgraciadamente, no suele ir ligado a la formación en cuanto a conocimientos prácticos; algo que sí ocurre en el caso de la FP. Esto quita fuerza a los títulos universitarios y pienso que debería apostarse más para que los jóvenes salieran de los estudios con más experiencia práctica. 

«El título universitario no suele ir ligado a la formación en cuanto a conocimientos prácticos; algo que sí ocurre en el caso de la FP»

  • ¿Es esta apuesta por la juventud la que te llevó a ser Embajadora de la Fundación Impulsa en el Bages? 

Yo ya había trabajado como voluntaria con personas jóvenes, y en una reunión un empresario me habló de la Fundación Impulsa y me interesé por el proyecto. La entidad trabaja para inculcar unos valores a las personas jóvenes que creo que son esenciales tanto en la vida profesional como en la personal: el esfuerzo, la persistencia, el compromiso con uno mismo y con el entorno… Hay muchos jóvenes a los que desde casa no se les puede acompañar económica o emocionalmente y en la Fundación Impulsa vi esta oportunidad para ellos y ellas. Pienso que el país entero debería trabajar en la línea de la Fundación Impulsa. 

  • En una palabra, la Fundación Impulsa es… 

Reto.